La Neurociencia y las palabras

Nos acostumbramos tanto a usarlas y escucharlas, que podemos dejar de valorarlas. ¿Cuánto le toma al cerebro formar una palabra? No nacemos hablando. Un bebé comienza a balbucear alrededor de las 16 semanas, y así sigue por meses. La primera palabra suele ser cerca del año (algunos bebés hablan antes y otros hablan después). ¿Y qué cuenta como la primera palabra? Los bebés desde los cuatro meses pueden decir mama o papa, pero no necesariamente sea una palabra intencional o “significativa” (como le llamamos en la psicología del neurodesarrollo). Sino que son balbuceos y los bebés experimentando con sonidos. Los bebés eventualmente pueden emitir ecos, repetir palabras que escuchan, pero eso tampoco cualifica como el uso funcional o independiente de una palabra. A veces esa primera palabra es clara de distinguir, a veces es difícil porque antes de eso hubo muchas aproximaciones. Pero un día, de manera clara y explícita, un bebé, o toddler en ese punto mira a un adulto, y emite una palabra con toda la intención de comunicar.

Hay distintas teorías del desarrollo del lenguaje. Noam Chomsky indica que es natural y que tenemos el sistema interno, así que lo que hace falta es exposición. Skinner con el lenguaje verbal desde el conductismo, indica que el lenguaje se desarrolla con reforzamientos y consecuencias dadas en el ambiente inmediato. Cognitivamente, Piaget aboga que el desarrollo del lenguaje es parte del desarrollo mental. Desde la teoría del procesamiento del lenguaje Gestalt, se propone que las personas (en especial dentro de la neurodiversidad), desarrollan el lenguaje por partes, ya sean frases u oraciones peculiares, y que así sucesivamente acomodan y desarrollan más su comunicación.

Saliéndonos del neurodesarrollo del lenguaje y entrando a la neurolingüística, podemos hablar de la comprensión, producción, y adquisición del lenguaje. También podemos indagar de cómo distintos daños cerebrales pueden afectarlo. La programación neurolingüística, una especialización bajo esta sombrilla, se ha puesto de moda en los años recientes porque se ha comprendido que el cómo usamos las palabras puede traer influencia social.  

¡Qué mucho se puede hablar de las palabras!

Quizás estés pensando, bueno, que mucho tecnicismo, yo no me dedico a eso de las palabras…

Si eres de esas personas, tengo algo que decirte: TODOS y TODAS estamos sumergidos en este mundo de lo que decimos y lo que escuchamos. Desde escribir correos electrónicos, enviar mensajes de texto, crear contenido para las redes, o preparar un documento de instrucciones… Hoy día tenemos múltiples plataformas y foros para exponer pensamientos, y sobre todo, estamos constantemente bombardeados con las palabras de otras personas. Tenemos tanto que decir y tanto que escuchar. Hoy más que nunca, nos beneficia conocer quién emite esas palabras, con qué fin se están diciendo, y cómo nos influencian.

El crear esta consciencia nos puede ayudar a fortalecer nuestro pensamiento crítico.

De las mil posibles maneras de utilizar tus palabras, ¿cómo eliges usarlas? Recuerda que esa respuesta no está en un vació, está en el 2025, donde vives, con este clima político, y con la gente que te rodea. La respuesta no es solo tuya, también impacta a quien está a tu lado.

Juntemos la neurociencia de las palabras con la neurociencia de tomar decisiones. Repasando un episodio de Hablemos Neuro que lancé en mayo del 2022, hay cinco factores que influencian cómo tomamos decisiones:

1.     Sociabilidad- tendemos a darle valor moral a lo que prefiere nuestro grupo.

Ante esta inclinación, el psicólogo Adam Grant sugirió lo siguiente en un post de Instagram:

                  a. Ser 10% más escéptico de la gente con quien usualmente estamos de acuerdo, y 10% más caritativo con quienes no.

                  b. Buscar fallas en nuestras propias ideas- y fortalezas en los argumentos que nos disgustan.

                   c. Aprender de las fuentes cuyas ideas compiten con las nuestras.

2.     Información visual- lo que está estéticamente curado o es llamativo, tiende a preferirse procesarse mejor.

3.     Madurez- La logística, planificación, y control de impulso están en la corteza prefrontal, un área del cerebro que se termina de desarrollar en los veinte.

4.     Bienestar individual- No es lo mismo tomar decisiones cuando estamos enfermos a cuando estamos descansados, alimentados, y sanos.

5.     Relación con el pasado y futuro- Ninguna decisión está en un vacío. ¿Qué te ha influenciado en el pasado? ¿Qué te trajo hasta aquí? ¿A qué aspiras? Eso impacta como tomas decisiones hoy día.

En la era de la globalización donde estamos constantemente sumergidos en el mundo de las palabras, ¿cómo utilizaremos nuestra voz? Con todo lo que está pasando en este tiempo, ¿cómo utilizarás tus palabras? ¿O permanecerás en silencio?

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